Cada 29 de octubre se conmemora el Día Nacional Sin Juego de Azar.
Aunque la ludopatía es un problema conocido desde hace décadas (considerada como trastorno mental por la Asociación de Psiquiatría Americana -APA- en 1980 y por la Organización Mundial de la Salud -OMS- en 1992), en los últimos años se ha convertido en, si cabe, un fenómeno más preocupante aún.
Las asociaciones relacionadas con este problema (que afecta en lo personal, en lo familiar y en lo social), siguen reclamando mayor atención institucional y social; más recursos para la atención a las personas con problemas de adicción al juego; y medidas relacionadas con reglamentación publicitaria, urbanística, etc.
Según el Plan Nacional sobre Drogas, en la actualidad existen en nuestro país 670.000 personas con problemas de ludiopatía o susceptibles de tratamiento por uso abusivo del juego. Aunque su media de edad es de 36 años, el 44 % de los tratados y diagnósticados tiene menos de 26 años. Preocupa, y mucho, el inicio prematuro (en cuanto a edad) y la celeridad del proceso uso-abuso-dependencia en personas cada vez más jóvenes.
¿Por qué existen riesgos para los jóvenes?
El auge de las nuevas tecnologías, tanto desde el uso de la red como de la diversidad de elementos que permiten el acceso a la misma (portátiles, tablets, smartphones, etc.), está contribuyendo a un aumento significativo de problemáticas relacionadas con el juego on line, en general (gaming) y con los juegos de azar on line (gambling) en particular.
Todos conocemos la fascinación que supone para los más jóvenes el uso de las nuevas tecnologías (NNTT): los continuos avances de los elementos de acceso a internet, las novedades en cuando a creación y desarrollo de apps, etc. etc, hacen de este mundo un espacio irresistible para ello. Y también somos conscientes (aunque por lo general, de ello nos solemos preocupar más que ocuparnos) de que el mundo viruel nos ofrece infoinidad de posibilidades, pero también de ciertos riesgos.
Efectivamente, las nuevas tecnologías añaden una serie de peculiaridades que posibilitan un aumento de riesgo a padecer una adicción al juego:
- Su accesibilidad y disponibilidad, para cualquier persona, desde cualquier dispositivo, durante el tiempo que se quiera, en cualquier lugar y a la hora que se desee.
- Facilidad para el pago por apostar o jugar.
- Enorme atractivo estético (en lo visual, dinamismo, estimulación auditiva, etc). Mucho más, sin duda, que en los formatos tradicionales -loterías, quinielas- "en papel".
- Intimidad y comodidad: las NNTT permiten jugar en soledad y en supuesto anonimato, lo que supone un handicap a la detección externa de que podria estar desarrollándose un problema.
- La enorme variedad de juegos de azar on line existente, y que posibilita pasar de uno a otro cada dvez que se desee.
- La falta de regulación de control por parte de las administraciones, tanto en sus estrategias publicitarias y captación, como en cuanto a sus procedimientos, estructiuras y la propia protección del usuario jugador.
Y, a todo ello, habría que añadir no solo las circunstancias que influyen, a nivel psicológico, para estrenarnos como ususarios experimentadores del juego de azar o apuestas (en este caso, on line); sino también los factores y estrategias de las plataformas que incentivan el paso de lo "experimental" a lo "habitual" y, en demasiadas ocasiones, a lo "problemático" y/o "adictivo".
Pero adentrarnos en ello supondría alargar en exceso este artículo, cuyo cometido es, tan solo (y no es poco) exponeros la realidad sobre un fenómeno sobre el que deberíamos reflexionar (y ocuparnos). Lo haremos en otro, porque el asunto merece la pena.
Más info sobre este tema:
https://pnsd.sanidad.gob.es/ciudadanos/informacion/otrasAdicciones/home.htm