15 de noviembre, DIA SIN ALCOHOL

 

 

 

 

 

Cada 15 de noviembre, la OMS nos invita a reflexionar sobre una sustancia que, aunque forma parte de nuestra vida cotidiana ( en nuestra casa, en los supermercados, establecimientos de hostelería, fiestas, etc.), para muchas personas y familias se ha convertido  en un verdadero calvario.

Segun esta institución, el alcohol ocasiona 3,3 millones de muertes al año y es el responsable de más de doscientas enfermedades distintas. De igual modo, en más del 45% de los accidentes de tráfico, está presente el alcohol.

En el estudio "Andaluces ante las drogas XIV" (último publicado), se señala que el  el 88,1 % de las personas entrevistadas con edades comprendidas entre los 12 a 64 años, tomaron alcohol en alguna ocasión; el 2,5 % lo habían consumido en el último año y el 54,6% en el último mes. Más llamativo eún reulta que, de éstos, el 24,9 % practican el "Bringe Drinking" (es decir: la ingesta abusiva o "atracón" de alcohol para alcanzar sus efectos en el menor tiempo posible), y el 7,9 % se intoxicaron etílicamente durante el último mes previo a la encuesta. Seún este mismo estudio, el primer consumo de alcohol se sitúa entorno a los 16,6 años, y su consumo habitual a los 17,6.

Aterricemos en lo más cercano. En diciembre de 2019 (a punto de estallar la pandemia), llevamos a cabo una breve encuesta en los centros de Educación Secundaria  de nuestra localidad. Sorprendentemente el 55% del alumnado que cursaba 1º de ESO reconocía que en el momento de cumplimentar el cuestionario ya había probado el alcohol, lo que subía hasta un 83,62 % en el caso de 4º curso de ESO. De estos últimos, un 27,8% reconocían haberse embrIagado en alguna ocasión, y hasta un 10,3 % manifestaban haberse emborrachado de manera más o menos repetitiva a lo largo del último año (y hasta todos los fines de semana, incluso). 

 

¿Preocupantes, estos datos?. Sin duda.

No todas las personas que prueban o abusan del alcohol en un determinado momento, terminarán teniendo problemas derivados de ello. Pero lo que sí es cierto es que puede suponer un recorrido peligroso que puede finalizar en algo muy serio.

No podemos/debemos convertir el alcohol como la fuente por ontonomasia de diversión, facilitador de relaciones sociales o clave para evadirnos de la monotonía, quehaceres o sinsabores. El alcohol es una sustancia adictiva y, como tal, conlleva sus riesgos y tiene sus consecuencias.

 

 

¿ QUE HACER, PUES?

 

Si eres joven, y te gusta disfrutar, ten en cuanta que:

- Los efectos que te provoca cada copa no se producen por efecto de magia. Es un efecto químico en nuestro sistema neurológico, y que repercute en nuestros comportamientos y emociones. Pero, al igual que estos efectos, también tiene un "poso" que se va quedando en nuestro cerebro de cara a futuro.

- No hay mayor disfrute que ser uno/a mismo/a: con nuestras inquietudes, nuestras posibles limitaciones, nuestras grandezas, creatividad y ganas de pasarlo bien sólos o con los demás. El alcohol -al igual que otras drogas- son formas artificiales (y tóxicas, a corto, medio y largo plazo) que enmascaran nuestra propia esencia (aunque en principio creas lo contrario).

- No hay nada más sano y extremadamente maravilloso que ser uno/a mismo/a, sin "aditivos, colorantes ni conservantes".

- Nadie es un bicho raro por decidir ser uno/a mismo/a; por divertirse sin "marearse" o "estar pedo".

 

¿ Y desde la familia?

- Fomenta, desde la infancia, su autoestima, su capacidad crítica para percatarse de los riesgos, para tomar decisiones adecuadas -no en función de quedar bien con sus iguales, sino consigo mismo- y de cara a su futuro.

- Recuerda que eres modelo, canal de contención y "expansión": es muy probable que tu hijo vea como "normal" las actitudes y comportamientos a las que tú atribuyas esa "normalidad" o "banalización" (asociar alcohol=diversión, fiestas=alcohol, por ejemplo). Disponer en casa de bebidas no alcohólicas para quien las desee, evitar conducir si se ha bebido, o no enviar a un menor a comprar/adquirir/pedir  bebidas alcoholicas son algunos ejemplos de "buesnas prácticas".

- Infórmate y habla sobre los riesgos del alcohol con tu hijo.

- Promueve en él actitudes responsables y saludables. Felicítale y refuérzale cuando observes que ha mantenido alguna actitud contraria a "dejarse llevar" por las modas de consumo de alcohol durante los fines de semana.

- Estar atentos, y aprovechar la ocasión, si ocurre alguna incidencia respecto al consumo de alcohol, para hablar de ello en el momento adecuado, con mesura y argumentos.

 

En cualquier caso, estamos a vuestra disposición para abordar lo que deseéis. No dudéis en contactar con nostros a través de esta misma página web, en los teléfonos 95 5321010 (ext. 159) o en los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Marchena (Edificio San Jerónimo)