TikTok se ha convertido en una de las aplicaciones más usadas entre los menores (si no la más - por delante, incluso de Youtube en EEUU y el Reino Unido-). Su éxito, no lo olvidemos, no es fruto de la casualidad.

Todo producto puesto en el mercado (y las Apps, obviamente lo son) persiguen rentabilidad comercial; y, para ello, están diseñadas milimétricamente para alcanzar su objetivo.

Partiendo de la base de estar creadas a partir de estudiadas preferencias por parte del sector poblacional al que se dirigen, todo está pensado para atraer y mantener como usuario al menor: inmediatez, tiempo estipulado para el audiovisual, música, filtros, etc. etc. De ahí su éxito.

Pero más allá de sus resultados (supercreativos, divertidos, e incluso de ayuda a sensibilizar, informar y difundir), hay tres aspectos que no debemos olvidar:

1.- Todo lo que está diseñado para atraer y mantener, puede facilitar comportamientos y actitudes obsesivas y/o compulsivas hacia el objeto. Facilitar conductas de tipo adictivo, vaya.

2.- Toda red social conlleva unos riesgos asociados (privacidad, contenidos inadecuados, posibilidad de uso con fines perversos...)

3.- Si sumamos éxito comercial + búsqueda de rentabilidad, nos podemos encontrar con un peligroso coctel: ¿ por qué no aprovechar la ingenuidad (o falta de actitud crítica en ocasiones) de los usuarios, para obtener réditos económicos simultáneamente?

Os invitamos a leer un interesante artículo, en la página web Hábitos cibersaludables. Que nos sea de provecho:

https://www.habitoscibersaludables.com/post/tiktok-protege-a-tus-hijos-de-la-app-mas-adictiva

 

 

 

En su pimera acepción, la RAE define "jugar" como "hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar determinadas capacidades".

Desde este punto de vista (dejemos a un lado otros significados del término), la acción de jugar supone actuar; requiere interés y determinación por emprender hacia algo positivo y enriquecedor.

Nuestra salud no es algo estático, dado, inamovible. Cuando nacemos, ya disponemos de unos condicionantes genéticos, hereditarios, que suponen un punto de partida. Pero a partir de ese momento, nuestra salud se irá modulando en función de diversos determinantes y factores que influirán sobre la misma en sentido positivo (promoviéndola) o no tanto (poniéndola en riesgo). Determinantes estructurales y coyunturales de distinto tipo (socioeconómicos, disponibilidad y accesibilidad a recursos tanto genéricos comno asistenciales, el medio ambiente...) y, sobre todo, nuestro estilo de vida; nuestros hábitos (Lalonde, Marc -«A New Perspective on the Health of Canadians: a Working Document», 1974-).

Por otra parte, nuestra propia vida es una especie de tablero de juego, en el que cada cual participa, con mayor o menor interés (e incluso fortuna) en pos de alcanzar objetivos, metas, retos, de diferente índole: en lo personal, en lo social, en lo laboral... Y, en todo ello, siempre, en el centro, se encuentra nuestra salud. Esa que, cuando escasea, echamos de menos, a pesar de olvidarla en cuanto vuelve a su "supuesta normalidad".

En ese tablero de nuestra propia vida, se manifiestan muchas opciones, que se podrían convertir, si fuesen aprovechadas, en factores de protección de nuestro propio bienestar, de nuestra propia salud: el fomento de estilos comunicativos y educativos adecuados dentro del sistema familiar; la participación juvenil en iniciativas de todo tipo; la implicacion social como factor de desarrollo en equidad; alternativas saludables de ocio y tiempo libre, el desarrollo personal a través de una adecuada escala de valores, la Educación entendida en su sentido amplio; y una actitud responsable, crítica y reflexiva ante los retos y acontecimientos, son, sin duda, puntos clave que facilitarán el recorrido por el tablero de nuestra vida.

Estos "anclajes" ayudarán a sortear, sin duda, las situaciones de riesgo (retos) a los que deberemos enfrentarnos en nuestro propio recorrido vital:  la posibilidad de consumir sustancias adictivas -tabaco, alcohol, otras drogas-, otro tipo de situaciones que podrían convertirse en dependencias, violencias -genéricas, de  género-, retos en la esfera afectivo-sexual, deucación y seguridad vial, etc. etc.

 

PD: La imagen corresponde al tablero utilizado en la actividad "El Juego de la Salud" con alumnado de ultimo ciclo de educación primaria. Se utilizan hasta 150 tarjetas con contenido informativo -al nivel correspondiente al momento evolutivo del alumnado- en relación al objetivo de la iniciativa:salud en su sentido multidimensional -haciendo referencia a sus aspectos biológicos, psicológicos, sociales-, factores de protección, de riesgo, empoderamiento y responsabilización personal, así como específicas sobre tabaco, alcohol y concepto genérico de adicción.

 

 

Hoy, 25 de noviembre, desde Prevención Marchena deseamos sumarnos al Día Internacional contra la Violencia de Género, haciéndolo desde nuestro propio contexto.

Según la OMS ("Violencia infligida por la pareja y alcohol", nota descriptiva, 2006), el consumo de alcohol está estrechamente ligado a la violencia de género, sumándose a los factores causantes y mantenedores de este fenómeno/lacra social. Según esta nota descriptiva de la WHO, las pruebas indican que dicho consumo incrementa la frecuencia y la gravedad de los actos de violencia doméstica:

    • El consumo de alcohol afecta directamente a las funciones cognitivas y físicas y reduce el autocontrol, por lo que los individuos son menos capaces de hallar una solución no violenta a los conflictos relacionales.

    • El consumo excesivo de alcohol puede agravar las dificultades económicas, los problemas del cuidado de los hijos, la infidelidad y otros estresores familiares. Ello puede generar tensión y conflictos conyugales e incrementar el riesgo de que se den actos violentos.

    • La creencia individual y social de que el alcohol genera agresividad puede alentar a comportarse violentamente después de haberlo consumido, y también a consumirlo como disculpa por este tipo de comportamientos.

    • Ser víctima de la violencia en una relación puede conducir a beber alcohol como método de afrontamiento o evitación emocional.

    • Los niños que son testigos de actos o amenazas de violencia de género tienen más probabilidades de iniciarse en el consumo nocivo de alcohol a edades más tardías.

 

Por otra parte, el consumo abusivo de alcohol puede aportar otros elementos al contexto del maltrato y/o violencia hacia la mujer: desde facilitador de ideas irracionales por sus propios efectos perturbadores, a servir como supuesta excusa o justificación de la agresión, o aumentar el propio miedo por parte de la víctima a las situaciones en las que se suponga exista el consumo y/o abuso de alcohol.

 

El abuso de alcohol, en sí mismo, es un problema de importantes y graves consecuencias.

Si observas que tu pareja mantiene comportamientos o actitudes de violencia expresa o sutil (ya sea física o psicológica) cuando consume alcohol, pide ayuda:

 

Teléfono 016

900200999

Más info: CMIM, Igualdad Marchena.- https://www.facebook.com/profile.php?id=100015819905273

 

 

 

 

 

 

 

Cada 15 de noviembre, la OMS nos invita a reflexionar sobre una sustancia que, aunque forma parte de nuestra vida cotidiana ( en nuestra casa, en los supermercados, establecimientos de hostelería, fiestas, etc.), para muchas personas y familias se ha convertido  en un verdadero calvario.

Segun esta institución, el alcohol ocasiona 3,3 millones de muertes al año y es el responsable de más de doscientas enfermedades distintas. De igual modo, en más del 45% de los accidentes de tráfico, está presente el alcohol.

En el estudio "Andaluces ante las drogas XIV" (último publicado), se señala que el  el 88,1 % de las personas entrevistadas con edades comprendidas entre los 12 a 64 años, tomaron alcohol en alguna ocasión; el 2,5 % lo habían consumido en el último año y el 54,6% en el último mes. Más llamativo eún reulta que, de éstos, el 24,9 % practican el "Bringe Drinking" (es decir: la ingesta abusiva o "atracón" de alcohol para alcanzar sus efectos en el menor tiempo posible), y el 7,9 % se intoxicaron etílicamente durante el último mes previo a la encuesta. Seún este mismo estudio, el primer consumo de alcohol se sitúa entorno a los 16,6 años, y su consumo habitual a los 17,6.

Aterricemos en lo más cercano. En diciembre de 2019 (a punto de estallar la pandemia), llevamos a cabo una breve encuesta en los centros de Educación Secundaria  de nuestra localidad. Sorprendentemente el 55% del alumnado que cursaba 1º de ESO reconocía que en el momento de cumplimentar el cuestionario ya había probado el alcohol, lo que subía hasta un 83,62 % en el caso de 4º curso de ESO. De estos últimos, un 27,8% reconocían haberse embrIagado en alguna ocasión, y hasta un 10,3 % manifestaban haberse emborrachado de manera más o menos repetitiva a lo largo del último año (y hasta todos los fines de semana, incluso). 

 

¿Preocupantes, estos datos?. Sin duda.

No todas las personas que prueban o abusan del alcohol en un determinado momento, terminarán teniendo problemas derivados de ello. Pero lo que sí es cierto es que puede suponer un recorrido peligroso que puede finalizar en algo muy serio.

No podemos/debemos convertir el alcohol como la fuente por ontonomasia de diversión, facilitador de relaciones sociales o clave para evadirnos de la monotonía, quehaceres o sinsabores. El alcohol es una sustancia adictiva y, como tal, conlleva sus riesgos y tiene sus consecuencias.

 

 

¿ QUE HACER, PUES?

 

Si eres joven, y te gusta disfrutar, ten en cuanta que:

- Los efectos que te provoca cada copa no se producen por efecto de magia. Es un efecto químico en nuestro sistema neurológico, y que repercute en nuestros comportamientos y emociones. Pero, al igual que estos efectos, también tiene un "poso" que se va quedando en nuestro cerebro de cara a futuro.

- No hay mayor disfrute que ser uno/a mismo/a: con nuestras inquietudes, nuestras posibles limitaciones, nuestras grandezas, creatividad y ganas de pasarlo bien sólos o con los demás. El alcohol -al igual que otras drogas- son formas artificiales (y tóxicas, a corto, medio y largo plazo) que enmascaran nuestra propia esencia (aunque en principio creas lo contrario).

- No hay nada más sano y extremadamente maravilloso que ser uno/a mismo/a, sin "aditivos, colorantes ni conservantes".

- Nadie es un bicho raro por decidir ser uno/a mismo/a; por divertirse sin "marearse" o "estar pedo".

 

¿ Y desde la familia?

- Fomenta, desde la infancia, su autoestima, su capacidad crítica para percatarse de los riesgos, para tomar decisiones adecuadas -no en función de quedar bien con sus iguales, sino consigo mismo- y de cara a su futuro.

- Recuerda que eres modelo, canal de contención y "expansión": es muy probable que tu hijo vea como "normal" las actitudes y comportamientos a las que tú atribuyas esa "normalidad" o "banalización" (asociar alcohol=diversión, fiestas=alcohol, por ejemplo). Disponer en casa de bebidas no alcohólicas para quien las desee, evitar conducir si se ha bebido, o no enviar a un menor a comprar/adquirir/pedir  bebidas alcoholicas son algunos ejemplos de "buesnas prácticas".

- Infórmate y habla sobre los riesgos del alcohol con tu hijo.

- Promueve en él actitudes responsables y saludables. Felicítale y refuérzale cuando observes que ha mantenido alguna actitud contraria a "dejarse llevar" por las modas de consumo de alcohol durante los fines de semana.

- Estar atentos, y aprovechar la ocasión, si ocurre alguna incidencia respecto al consumo de alcohol, para hablar de ello en el momento adecuado, con mesura y argumentos.

 

En cualquier caso, estamos a vuestra disposición para abordar lo que deseéis. No dudéis en contactar con nostros a través de esta misma página web, en los teléfonos 95 5321010 (ext. 159) o en los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Marchena (Edificio San Jerónimo)