El Servicio de Prevención del Ayuntamiento de Marchena, a través del programa "Ciudades ante las Drogas", vuelve a reactivar la CAMPAÑA "TODOS/AS SOMOS RESPONSABLES",  cuyo objetivo es aumentar el compromiso social respecto al consumo de alcohol por parte de menores de edad.

 

 

¿ POR QUÉ SE LLEVA A CABO ESTA CAMPAÑA?

  • Más del 30 por ciento de las personas atendidas en lo que va de año en el Centro Comarcal de Prevención y Atención a las Drogas y Adicciones, con sede en Marchena, lo han sido por problemas relacionados con el alcohol.

 

  • Los resultados obtenidos de un cuestionario pasado durante las últimas semanas en los IES de la localidad (al cual han respondido más de la mitad del alumnado) reflejan que en su último curso (16/17 años) más del 83 % han probado o consumido ya alcohol en alguna ocasión (el 65 % en más de varias ocasiones); de los cuales más casi la mitad han llegado a marearse o a algún grado de embriaguez (en determinados casos, con cierta frecuencia).

 

  • Desde la Delegación de Asuntos Sociales venimos ofreciendo información veraz sobre el fenómeno a los sectores de la población en una situación de mayor vulnerabilidad (preadolescencia y adolescencia), unido a la promoción de posturas críticas y reflexivas en los jóvenes de cara a que no conviertan los efectos psicoactivos del alcohol en su principal herramienta para divertirse, en detrimento de sus propios recursos naturales y personales.

 

  • A pesar de ello, existen determinados factores que inciden negativamente sobre este trabajo continuado: la permisividad social, la disponibilidad del producto, la imagen creada como algo que nos acompaña en casi todos los ámbitos de la vida y/o la presión grupal juegan en contra.

 

Por todo ello, el objetivo final de reducir en lo posible los problemas relacionados con el consumo inadecuado de alcohol, debe tener en consideración estos factores que acabamos de mencionar. Para ello:

  • Además de trabajar en los centros educativos, aprovechamos cada 15 de noviembre (Día Mundial Sin Alcohol) para trasladar a las familias su importante papel como moduladora y modeladora de comportamientos y actitudes en sus hijos; y

 

  • Abrimos nuestros horizontes preventivos hacia la disponibilidad/accesibilidad de la sustancia, dirigiéndonos sobre todo a aquellos comercios que tienen entre sus fines la venta o suministro de bebidas alcohólicas. Esta es la razón de esta campaña.

Que el alcohol es especialmente perjudicial en organismos jóvenes que aún se encuentran en proceso de formación y maduración física, cognitiva y social, es algo obvio, contrastado. De ahí que la Ley 4/1997 de prevención y asistencia en materia de drogas prohiba el suministro y venta de alcohol a menores de 18 años. Y por ello, agradecemos a cuántos establecimientos de hostelería y alimentación (bares, restaurantes, bares de copas, tiendas, supermercados, kioskos...) que consideran este compromiso como algo ético, fundamental, inquebrantable. Pero aún queda por hacer. La accesibilidad al alcohol por parte de menores de edad es un hecho reflejado en los propios cuestionarios. Y reducir o impedir la misma es responsabilidad de todos. 

Si eres responsable de un establecimiento de hostelería o alimentación y bebidas y deseas renovar la cartelería para facilitar la posición de tu establecimiento ante la venta y dispensación de alcohol a menores de edad, puedes solicitarla en Servicios Sociales (telf. 955321010, ext. 2).

 

 

 

 

 

 

 

La telefonía móvil nos ha reportado infinidad de mejoras en nuestra vida diaria: desde facilitarnos la adquisición de productos, al establecimiento de relaciones, pasando por el acceso a aplicaciones de todo tipo y con multitud de servicios (entretenimientos, educativos, económicos, administrativos, de gestión personal, etc.); y, por supuesto, la comunicación, ya sea inmediata y verbal, ya sea a través de mensajería.

Esto ha provocado que cualquier terminal smartphone se haya convertido en un instrumento no sólo de uso diario, sino también, en muchas ocasiones, imprescindibles para infinidad de cuestiones cotidianas.

Pero el uso de todas y cada una de sus aportaciones, puede conllevar a la posibilitad de ciertos ciertos desajustes en cuanto a nuestra relación con los terminales móviles. Y, entre estos posibles "desajustes", la nomofobia se convierte en uno de los trastornos más importantes asociados a las nuevas tecnologías, ya que se encuentra asociado al aparatejo en el que podemos hallarlo todo: el móvil.

La nomofobia se define como un miedo irracional o ansiedad ante la imposibilidad de usar nuestro dispositivo móvil o no acceder a sus datos móviles que permiten el acceso a internet (y, por tanto, a redes sociales, juegos, música...), ya sea por no disponer del terminal (pérdida, olvido, etc.), quedarse sin batería o no disponer de datos o wifi.

Entre mayo y julio de 2022 la Universidad de Málaga lideró, junto con la Universidad Complutense (Madrid), la Miguel Hernández (Murcia) y otras internacionales (Viena, Portugal) un estudio que reveló los problemas de ansiedad e inseguridad que les causa a los jóvenes (entre 15 y 24 años) estar una semana sin sus móviles. Si bien durante la primera semana del estudio se monitorizaron datos en relación al tiempo medio de uso del móvil (5 horas diarias de media) y el uso de redes (las más utilizadas son Whatsapp, Instagram y Tiktok -por este orden-, siendo muy significativo que esta última app se esté convirtiendo paulatinamente en el único canal informativo para estos segmentos de edad), los participantes en el estudio describieron sensaciones de incomodidad, ansiedad, inseguridad e incluso dependencia (algunos también expresaron sus sentimientos de "liberación") durante la segunda semana del estudio, en la que no accedieron a sus terminales móviles.

Diversos estudios señalan que una autoestima inadecuada, la inseguridad respecto a las relaciones interpersonales, la necesidad de acceso continuado a la información, junto con rasgos relacionados con el abuso de entretenimiento a través del móvil en detrimento de actividades "no virtuales", favorecerían la nomofobia. La edad es otro factor que parace influir en el trastorno.

Los análisis de este tipo de miedo han concluido que puede ocurrir por cuatro factores principales que son la imposibilidad de comunicarse con otras personas, la perdida de conexión con la redes, la incapacidad para acceder a información al instante y la renuncia a la comodidad que aportan los móviles.

Los estudios recienten señalan que la nomofobia afecta negativamente a la personalidad, la autoestima, la ansiedad, el estrés o el rendimiento académico, generando más problemas de salud física y mental.

¿ Qué síntomas podrían alertarnos?

Más allá del uso regular y/o abusivo del móvil, podemos estar atentos a diversos signos como tener la necesidad de llevar un cargador siempre por miedo a quedarnos sin batería, tener la sensación de nerviosismo/ansiedad ante la simple idea de que se nos apague, se pierda, se agote la batería o no tengamos acceso a datos/wifi, mirar de manera continuada el teléfono para comprobar la posible entrada de mensajes o que se encuentra activo o tender/preferir las interacciones sociales de manera virtual  a las de carácter real (cara a cara).

En cualquier caso, ante la consideración de la existencia de este tipo de problemas, puedes ponerte en contacto con profesionales especializados en la materia. En nuestro caso, puedes contar con el apoyo del CAT municipal, con el que puedes contactar a través del teléfono 955321010 (ext. 149, 150 y 151) o a través del correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Recuerda que la felicidad consiste, entre otras cosas, de ser tú mismo/a, sin tener la necesidad de depender de nada ni de nadie.

 

 

Hoy, como cada 29 de octubre, se conmemora el Día Mundial Sin Juegos de Azar.

 

La dependencia a los juegos de azar o ludopatía (también denominado  juego patológico) está reconocida desde hace ya bastantes años (1980) como un importante trastorno que conlleva enormes consecuencias no sólo de tipo económico, sino también de carácter mental, laboral, social, laboral y familiar.

Recordemos que, al igual que las adicciones hacia sustancias tóxicas o estupefacientes, en la relación entre sujeto y objeto (en este caso, el objeto son los juegos de azar) intervienen interacciones y/o afecciones en el maravilloso y complejo mundo de los neurotransmisores cerebrales; de los que, al fin y al cabo, dependen nuestros comportamientos, sentimientos y emociones. Y, efectivamente, es en el denominado "sistema mesolímbico de recompensa", en nuestro cerebro, donde se producen los cambios (liberación inadecuada de dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer, la felicidad y la motivación) que provocan los trastornos adictivos.

 

 

 

 

Los juegos de azar han sufrido una enorme transformación en los últimos años. Hasta no hace mucho, hablábamos de casinos, apuestas deportivas, loterías, cartas y juegos de dados, o cualquier actividad que permitiera apostar por un resultado. Con posterioridad, comenzaron a funcionar las "maquinas tragaperras", que provocaron, por su tremenda expansión, la preocupación social y valoración de un problema hasta ese momento denominado "vicio"y considerado, por fin, como un serio trastorno que repercutía en todas las esferas del individuo.

 

 

 

Pero en los últimos tiempos, con la irrupción de las NNTT y, sobre todo, los smartphones (aunque también otros elementos de las TICs como tablets, ordenadores, etc), nos hemos encontrado con un fenómeno de especial importancia y preocupación: el uso de las NNTT como precursor de problemas relacionados con el juego patológico.

Las Nuevas Tecnologías añaden un "plus" a los factores que influyen en la aparición de este tipo de problemas: en primer lugar, la enorme accesibilidad a las mismas (cualquiera dispone de un móvil e internet) permite una disponibilidad total de cualquier juego, a cualquier hora y en cualquier jugar, a quien desee jugar y apostar. Ello supone, a su vez, intimidad y comodidad respecto a la acción de jugar. En segundo lugar, el desarrollo de lo0s sistemas logran un mundo muy atractivo de sonidos, imágenes, movimientos, simultaneidad de juegos, inmediatez de la recompensa (premios y gratificaciones para nuestros sentidos). En tercer lugar, la enorme variedad de juegos de azar, todos en nuestra propia mano de manera inmediata. Además, los incentivos a través de los premios y/o "bonos" de bienvenida, lo que incita a la incursión. Y, por si esto fuera poco, un déficit en cuanto a la regulación de la publicidad que favorece que el marketing llegue con demasiada facilidad a cualquier rincón (en ocasiones, basta con la frase "Juega con responsabilidad y solo si eres mayor de edad". Claro, que esta frase quizá desconozca que, por definición, cualquier menor de edad desea ser mayor; y, por tanto, tan sólo tiene que falsear algún que otro dato, al registrarse, para sentir el placer de sumergirse en un mundo para adultos...un mundo que a partir de ese instante le bombeará con todos los aspectos señalados en este párrafo.

 

¿Cómo prevenir?

En el caso de menores de edad, el control parental sobre el uso de las NNTT es fundamental. Hablar con ellos, en su caso, sobre la peligrosidad de ciertos "juegos" y explicarles cómo éstos utilizan artimañas para que sigamos jugando a ellos, es una forma de que sean críticos hacia aquellos.

 

En el caso de que seas mayor de edad, sé crítico y reflexiona sobre los juegos de apuestas online. No te dejes embaucar por estrategias (sonidos, colores, regalo de bonos de iniciación, juegos simultáneos, premios inmediatos, oportunidades en caso de fallos o pérdidas, etc) que están diseñadas para que te apetezca jugar una y otra vez. Se estima que en España hay entre un 1 y un 3 % de personas con problemas de ludopatía. 

El mejor juego es tu vida misma.

 

 

 

El alcohol es una sustancia psicoactiva muy extendida en nuestra cultura. No hay ceremonia, reunión, ritual o fiesta en los que no se encuentre presente.

Por sus características (es un depresor del SNC que, en su fase inicial, suele provocar cierta euforia y desinhibición), es ampliamente utilizado por sectores de la población convirtiéndolo en instrumento facilitador de relaciones sociales y diversión. Pero su consumo abusivo continuado puede dar lugar a serios problemas físicos (Enfermedades cardíacas, hepáticas, accidentes cerebrovasculares, diversos tipos de cáncer, aumento de la tensión arterial), psicológicos (dependencia) y sociales (desestructuración familiar, pérdida de empleo, violencia...).

Una de las cuestiones que en menor medida se tiene en cuenta  es el concepto del término "abuso", ya que cada cual lo percibe de manera subjetiva.

Según la RAE, "abuso" se defina como "Hacer uso excesivo, injusto o indebido de algo o alguien". Obviamente, podemos concluir que conducir bajo los efectos del alcohol es abusar. Al igual que cuando se debe estar concentrado para estudiar. O en el momento en que "nos pasamos" respecto a la cantidad ingerida. Pero posiblemente, e independientemente de las consecuencias más o menos graves que puedan tener estas acciones, ese tipo de abuso nos permitirían tomar decisiones personales a merced de la experiencia vivida.

Pero hay otro tipo de abuso, más sutil, más sigiloso, más peligroso incluso: el consumo continuado de alcohol de manera no moderada.

Volvamos al principio: el alcohol es ampliamente utilizado como facilitador de relaciones sociales, motor de desinhibición y diversión. Y, a su vez, el CH3 CH2 OH (o lo que es lo mismo: el alcohol etílico) genera un proceso denominado "tolerancia" mediante el cual, se produce una adaptación progresiva del organismo a sus efectos, de tal forma que a igual cantidad ingerida, los efectos son menores (esto le sonará a quienes sufren de jaqueca -por ejemplo-  y se han visto obligados/as a cambiar a tratamientos "más fuertes". Tolerancia. ¿ Y cuál es el resultado de la tolerancia? Pues la sensación de que "aguantamos más" bebiendo. Es decir: para alcanzar la embriaguez, o semiembriaguez, precisamos o somos capaces de beber más cantidad que antes. De ahí la imagen de 3, 4 o 5 jóvenes bebiendo una botella de alcohol de alta graduación. Ya la desinhibición, la diversión, el "pasarse, que es finde" no es cuestión de un trago, de saborear una copa... sino de mayores cantidades de alcohol. Alcohol que, eso sí, sigue irremediablemente su camino por nuestro organismo, y hasta nuestro cerebro. Y es allí donde afecta a diversos neurotransmisores (glutamato - relacionado con la memoria-, gamma -inhibidor-, y, sobre todo, serotonina y dopamina - estado de ánimo, felicidad, bienestar, motivación). Obviamente, la ingesta continuada y no moderada de alcohol repercutirá, qué duda cabe, en nuestros sistemas de neurotransmisión cerebral. Y es ahí donde podrían comenzar los problemas: por la incapacidad de alcanzar las sensaciones que antes generábamos de manera natural, si no es a través del consumo de alcohol. No olvidemos que el alcohol es una droga.

Para más información:

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/alcohol

https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/sanidad14/Paginas/2021/151121-monografia_alcohol.aspx

https://pnsd.sanidad.gob.es/ciudadanos/informacion/alcohol/home.htm

 

 

 

 

 

 

Las bebidas energéticas son bebidas sin alcohol con diverso contenido de sustancias estimulantes, por lo que disminuyen la sensación de fatiga y agotamiento, pudiendo incrementar también la resistencia física y un aumento de la habilidad mental. Desde su aparición en el mercado en la década de los 90, han alcanzado un alto nivel de popularidad, lo que ha provocado cierta preocupación por sus efectos tanto en determinadas edades, como en relación a su consumo excesivo (incluso a veces compulsivo).

Veamos, pues, algunos aspectos de interés para disponer de más información:

1.- No son bebidas alcohólicas, pero tampoco son bebidas deportivas (que llevan una menor cantidad de cafeína y no llevan estimulantes) .

2.- Contienen cafeína (por lo general, en mayor concentración -a veces, excesiva- que el propio café) y estimulantes como taurina, gingseng, L-carnitina L-tartrato (LCLT), guaraná, etc; que, combinadas con la cafeína, sí pueden ser perjudiciales para la salud.

3.- Los sectores más jóvenes de la población (niños, adolescentes, estudiantes universitarios) se han convertido en dianas de las comercializadoras de estos productos. Las estrategias de marketing aprovechan reclamos como su uso para evitar la fatiga, aumentar el rendimiento, y sus atractivos sabores -además del atractivo diseño de sus envases-. En este sentido, la publicidad suele mostrar el producto como seguros, y precursores de mejores estados de bienestar.

4.- No son del todo conocidos los efectos a a medio y largo plazo de algunos de sus componentes; aunque los estudios muestran una relación directa entre las sustancias estimulantes y diversos efectos sobre la salud, como: dolores de cabeza, dolor en el pecho, ansiedad o nerviosismo, falta de concentración, dificultad para conciliar el sueño, aumento de peso, problemas dentales por su contenido en azúcar, hipertensión, incidencia coronaria.

5.- Su consumo habitual para aguantar el ritmo cotidiano, puede facilitar su consumo compulsivo y, por tanto, dar paso a un problema de adicción.

6.- Su combinación con bebidas alcohólicas aumenta sus riesgos, ya que los efectos estimulantes pueden enmascarar los depresores y la embriaguez del etanol, pudiendo repercutir en una mayor ingesta de alcohol baja la sensación de control (la toxicidad orgánica y consiguientes riesgos siguen correspondiendo a la cantidad consumida, y no la -falsa o no- autopercepción personal.

Las autoridades sanitarias, en definitiva, recomiendan su consumo moderado/puntual, así como evitar el mismo por parte de sectores vulnerables (niños, estudiantes, embarazadas). Igualmente, aconsejan un consumo responsable y una actitud de precaución hacia la ingesta de este tipo de bebidas.

Video de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN)